El Ulster es parte del Reino Unido, pero Gibraltar es una colonia
Reina unanimidad en que el problema más difícil del brexit es la frontera entre las dos Irlandas. Fíjense: Irlanda del Norte es, como Gales o Escocia, parte del Reino Unido pero, de abandonar la Unión Europea, volvería a ser frontera exterior, fuente de conflictos durante la sangrienta guerra con el IRA. Pero, de mantenerla abierta, la frontera exterior del Reino Unido con Irlanda sería el mar entre las dos y, ¡oh sorpresa!, el brexit habría traído la reunificación de la Verde Erin. Algo inaceptable para los británicos y protestantes del Ulster, que, por cierto, vienen apoyando a mrs. May. ¿Cómo han resuelto esta cuadratura del círculo?. Pues con la chapuza de siempre: una prórroga que permite al Reino Unido tener acceso al mercado europeo durante los dos años de ajuste de salida. Con cláusula de prórroga, sólo una vez, dicen. ¿Qué pasará luego? Ya veremos, pero los pro-brexit trinan, los protestantes del Ulster temen quedar unidos a Irlanda y en Europa se sospecha que los ingleses intentan quedarse en la UE con las ventajas sin los inconvenientes. Primeras bajas: cuatro ministros de mrs May ya dimitidos.
Para nosotros, olvidada la soberanía, el protocolo a firmar con Londres se centra en los «trabajadores transfronterizos» a los que se garantiza fluidez en la Verja y derechos laborales. Dicen que son 10.000. Pero cuando se les ofreció un pase especial, dando nombres y empleo, solo se apuntaron 160. Se estipula perseguir el fraude, el blanqueo de dinero y los problemas fiscales de los gibraltareños residentes en España (Sotogrande es su lugar favorito). La lucha contra el contrabando, sobre todo de tabaco, ampliado al hachís, también es difícil por su reclamación de unas «aguas gibraltareñas», nunca cedidas. Algo parecido ocurre con los acuerdos sobre medio ambiente, basuras, pesca y cooperación policial. Un Comité conjunto lo vigilará, pero llevo medio siglo viendo a los ingleses prometiéndolo todo cuando están en apuros, pero, luego nos salen con que «nos lo impide el pueblo gibraltareño», que, ya dice que hemos aceptado implícitamente su Constitución. No creo que nuestra estupidez llegue a tanto, porque habríamos vendido la primogenitura por un plato de lentejas, pero habrá que estar alerta.
Volviendo al principio, el Ulster es parte del Reino Unido, pero Gibraltar es una colonia, «que debe descolonizar de acuerdo con España teniendo en cuenta el principio de integridad territorial de los países», según Naciones Unidas. Mientras, para Bruselas, es «un territorio europeo cuyos asuntos externos lleva un estado miembro». En la frontera entre ambas Irlandas, Londres puede hacer lo que le dé la gana. Pero la gibraltareña la controlamos nosotros. ¿Qué vamos a hacer? Porque Gibraltar ya ha colonizado o, sencillamente, comprado, el entorno, ésa es nuestra verdadera vergüenza. ¿Vamos a legitimárselo? Como al presidente sólo le interesa seguir en La Moncloa, permítame, señor Borrell, preguntarle: ¿quiere pasar a la historia como el que cedió definitivamente Gibraltar a los ingleses, con un buen trozo de Andalucía?...José María Carrascal
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