El azar ha jugado un importante papel en la historia
Cuando Einstein analizó los movimientos de las partículas elementales se dio cuenta de que su trayectoria era imprevisible, ya que no obedecía a ninguna pauta. El científico recurrió a la metáfora del andar del borracho para reforzar gráficamente que esas partículas se movían al azar.
Muchos filósofos y estudiosos han teorizado en las últimas décadas sobre la importancia del azar en nuestras vidas. Leonard Mlodinow, profesor en el Caltech, retomó la expresión de Einstein para sostener que la mayor parte de nuestras decisiones cotidianas se adoptan por motivos inconscientes que nuestro cerebro tiende a racionalizar. Por ejemplo, uno se compra un coche porque le apetece pero busca causas objetivas para justificar esa adquisición.
El deseo, o lo inconsciente, juega un papel muy importante en nuestros actos, como ya sabemos desde Freud, pero nos cuesta más admitir el papel del azar porque el funcionamiento de la mente, como también sucede en el proceso de decisiones, tiende a encontrar una racionalidad donde no la hay.
Ganar dinero en la Bolsa, elegir una mujer para casarse o encontrar un empleo son opciones en las que interviene de forma muy importante el azar. Tendemos a pensar que son elecciones racionales y reflexivas pero en realidad no lo son.
Nuestra propia identidad está conformada por el azar, ya que como sostenía el biólogo Jacques Monod, la combinación de los genes que heredamos de nuestros antepasados es aleatoria, lo que permite entender porque dos hermanos son de caracteres opuestos.
El azar ha jugado un importante papel en la historia. El ejemplo más obvio es la derrota de Napoleón en Waterloo, a la que contribuyó que el ejército de Grouchy se perdiera en una jornada de mal tiempo. Pero también el ascenso de Hitler al poder fue posible por una serie de circunstancias que se podían haber producido de otra forma.
Extrapolando estas reflexiones a la vida política, muchos de los acontecimientos de los últimos meses son consecuencia del azar y no de la necesidad. La propia llegada al poder de Pedro Sánchez se materializó por una serie de hechos imprevisibles y casuales que empiezan por la sentencia del caso Gürtel y terminan en el cambio de posición del PNV. La habilidad del presidente de Gobierno fue ver la oportunidad, pero él no generó el contexto que le permitió ganar la moción de censura.
No hay nadie que sea capaz de predecir sin un amplio margen de error lo que va a suceder en los próximos tres o cuatro meses porque todo está abierto al azar. Sánchez no depende de sí mismo, lo que abre la posibilidad de un cambio de escenario si se produce algo inesperado.
Ningún analista fue capaz de prever hace medio año que Rajoy no sería hoy presidente, que Zidane dejaría de entrenar al Madrid o que Cebrián iba a dejar Prisa. Y ello sencillamente porque esos sucesos han sido consecuencia en buena medida del azar. Deberíamos ser mucho más cautos cuando hablamos del futuro..Pedro García Cuartango
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