Pero la presencia en la Casa Blanca del líder demócrata también fue incorporando un discurso de reconocimiento del «dolor y sufrimiento de los nativos que han residido mucho tiempo en esta tierra antes de la llegada de los europeos». Así rezaba el último texto que suscribió. Un intento de compatibilizar la gesta histórica con la atención a la creciente presión de los descendientes de las colonias indias, que se encontrará este año con la primera declaración de Donald Trump. Es una incógnita la orientación que dará a su primera declaración, en medio de un nuevo brote de resurgir racial.
Entre tanto, las últimas decisiones políticas que han descabalgado a Colón de la celebración, en beneficio de los pueblos indígenas, junto al derribo de estatuas del descubridor, han soliviantado a la amplia colonia italiana en EE.UU. La reacción española no existe. La Orden de los Hijos de Italia en EE.UU., que ya remitió hace unos meses 100.000 firmas de apoyo a la festividad y a Colón, defiende que su gesta hizo posible «el principio del intercambio cultural entre América y Europa», y no entiende «por qué honrar a los americanos nativos va en detrimento de los italo-americanos». Arremete contra «los pseudointelectuales que miden a Colón con parámetros éticos del siglo XXI».
Sin posición oficial
Oficialmente, ni Italia ni España han expresado esta vez una opinión pública sobre la ofensiva que sufre el recuerdo del descubridor. Ambas participan cada año en la celebración que tiene lugar en Columbus Circle en Washington. Puesto en contacto este corresponsal con la Embajada de España en la capital, un portavoz autorizado aseguró que aún no se ha adoptado una postura oficial para hacerla pública, aunque no descartó que se haga en el futuro. España protagoniza cada año en su sede diplomática un acto de celebración del 12 de octubre, al que invita a una amplia representación política y diplomática establecida en el país.http://www.abc.es/
MRF
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